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miércoles, 30 de diciembre de 2015

tornasoladas

las calles brillan en la lluvia
manchadas de aceite y luces,
tornasoladas como un vinilo de pop psicodélico.

los conductores se aferran
a la razón del volante,
todo puede pasar en esta noche breve
y despojada de gracia

las calles brillan
como estrellas apagadas
en la noche profunda


jueves, 24 de diciembre de 2015

strip soul

la mujer ayer muchacha
cubre con capas de maquillaje
un rostro de valles secos

se despoja
de mínimos paños
con pretendida gracia
que sus compañeras aplauden con rabia
hastiadas de la indiferencia de hombres que fuman
contemplando el baile con ojos especuladores

la mujer se cubre de máscaras
mientras el aire viciado besa su alma
y sus pezones
como una navaja a su víctima 


miércoles, 23 de diciembre de 2015

Riesgo

El verdadero riesgo es ser cáscara,
crear una corteza de modales,
sensibilizarse ante imágenes
y olvidar el dolor de la carne.
El riesgo es ser ciudadano sin mancha
cuando el día es de barro.

Maldigo mi comodidad de gordo
escribiendo poemitas,
mis repetidas excusas, mis banderas ajadas
en el último cajón de un alma apolillada.

Para qué mierda la fe,
si no la ejerzo hasta sangrar en la maleza,
allí donde la esperanza es lujo.

El día/barro se diluye en la lluvia cultural del olvido
y mi cobardía fabrica karma a plazo fijo.
La oportunidad pasa como un tren vaporero,
obsoleta y hermosa, brillante como una lágrima.
Levanto mi cabeza y corro,
abrazo mi fortuna.
Ser feliz es mancharse hasta el prejuicio
haciendo lo que te dicta el universo.



  

martes, 22 de diciembre de 2015

noción de hogar

mientras el cielo se precipita
como un espejo derrotado,
yo caigo en una realidad
de colores como pájaros
donde los signos se confunden
de sombrero y sonrisa.

el tiempo es un chicle en la boca
de una niña aburrida.

ahora el cielo es un puño cerrado,
una estampida de bestias primordiales
lamiendo mis talones

el tiempo es una piedra
lanzada por ese que se cree libre de pecados

corro hacia vos
sin miedo,
con la noción de hogar tatuada en la frente;
como el destino de este 145
que compite con la tormenta a ver quién es
el más inevitable.
viejo apostador,
juego unas fichas a la lluvia.

martes, 8 de diciembre de 2015

Infiernos

Hay infiernos en rincones
de locura y miseria
orina y hambre.
Rompen los ojos y las teorías,
como un cero absoluto
de una dignidad olvidada.

Hay infiernos en puertas próximas,
cargando horror como balas
en ojos amputados de inocencia.

Hay infiernos en cápsulas, en tizas,
en formatos inimaginables
vendidos como escaleras a un cielo de cartón.

Hay infiernos duros como rocas.
Sólo queda ser más duros y quebrar,
Sólo queda ser.
Sólo queda hacer.
La utopía
es no permanecer
inmóvil
describiendo infiernos.


miércoles, 25 de noviembre de 2015

Caminos

Esta historia comenzó hace mucho tiempo, tanto que la Tierra era joven entonces y muy distinta que como la conocemos ahora. Donde hoy llueve, en ese tiempo no se conocía el agua; donde había océanos profundos, ahora hay pletóricas praderas; las montañas antaño altivas ahora son suaves colinas... y ya habrán entendido, si vieran un retrato de esa Tierra, no la reconocerían.
En esos días las primeras mujeres y los primeros hombres celebraban la primera cosecha, y tanta alegría les causó ver en sus manos el fruto de su trabajo que olvidaron que también era el fruto de la tierra. Bebieron y se embriagaron, se llamaron a sí mismos creadores y durmieron profundamente. La Tierra, como era joven, se ofendió muchísimo por este olvido y decidió vengarse: no dejaría que despertasen. Y el tiempo pasó, se sucedieron lunas y soles y no despertaron los insolentes altivos, las desagradecidas criaturas. Pero tampoco los tocó el transcurrir, no envejecieron en esa larga siesta.
Llegaron y se fueron especies, unos continentes surgieron de las profundidades y otros se sumergieron en ellas, otros viajaron como barcos a la deriva para chocar entre sí y levantar montañas como manos que se elevan al cielo suplicantes. Hasta que los durmientes despertaron y se encontraron solos. No podían reconocer nada, no podían recordar nada. Sólo sabían que ese no era su hogar. Empezaron a buscar explicaciones a lo sucedido, pero no lograban ponerse de acuerdo en nada. Algunos tejieron relatos muy detallados y llegaron a creer en ellos como una verdad contada por alguien que vio todo, pero otros discutían esos relatos porque creían que los suyos eran mejores. Solo fueron unánimes en algo: estaban perdidos y había que salir a buscar su hogar, allí donde eran felices. Pero no sabían en qué dirección partir ni cómo llegar.
Un puñado de intrépidos, sin hablar entre sí, decidió abrir senderos. Partieron en diversas direcciones, cada uno con su paso, observados en silencio por una multitud cuyo miedo inmovilizaba sus pies y sellaba sus labios.
Cuando ya no se vio la sombra de los caminantes, los que quedaron empezaron a discutir cuál camino era el mejor. Alguien incluso llegó más lejos y aseguró que tal camino era el único verdadero y todos los demás eran falsos. La discusión subió de tono y comenzó la violencia sobre la tierra. La sangre regó la siembra.
Desde entonces, mujeres y hombres vagan, alejándose de su hogar, multiplicándose, cambiando su exterior, con la vieja costumbre de no agradecer. Siempre hay quien asegura que su camino es el único verdadero, y otro que dice que no, que podrá ser correcto, pero que hay uno mejor.

Hay quien dice que los pioneros descubrieron, cada uno a su manera, que su hogar era aquel principio del viaje y que lo necesario era el camino para descubrirlo. Pero nadie escuchó.  

viernes, 13 de noviembre de 2015

Licántropo.

Me habita una bestia.
En mis sueños despierta,
desgarra mi carne para renacer desnuda y otra,
como una serpiente cambiando su piel;
pero también su forma.

Daña mis sentidos su presencia.
La oscuridad de su alma nubla mis ojos
como una tormenta de arena sobre el desierto.
Su sed de sangre baña mi boca,
tapa mi olfato su olor a muerte.
El estridente rumor de sus pensamientos
confunde mis oídos como si un ejército de hormigas
los invadiese.
Ya no toca mi piel el aire nocturno,
Ya no puedo beber el sol.

Esta maldición me ata,
periódicamente sufriré la metamorfosis.
Seré mi enemigo sin poder matarlo,
seré el objeto de su odio,
la excusa perfecta de su instinto asesino.
Seremos las caras de una moneda lanzada por un dios maldito,
que calza su máscara de muerte y se llama a sí mismo Ángel Oscuro.
Seremos la comedia de su existencia,
atrapados, él en mis días,
y yo en sus noches.

Seré uno con mi humano
y buscaré en cada luna consuelo
y libertad.


sábado, 7 de noviembre de 2015

Líneas

Camino por la tensa línea
como un turista en Sarajevo
después del último disparo
-cada día es un cielo de cristal
a punto de caerse de mis manos-.
Vivo porfiadamente
por la recompensa de tus ojos
suave línea
que contorna mis paseos
funambulescos
como paréntesis que encierran
un mal sueño.



jueves, 5 de noviembre de 2015

Guridi

a la memoria de Valerio Guridi Ojanguren

Allá a lo lejos
hay una casa y un escudo,
restos de hidalguía pasada,
herencia orgullosa de una familia
de larga casta.

Acá a lo cerca
hay una herencia de trabajo,
de tozuda voluntad,
de mansas maneras,
de abrazo grande.

Hidalgo caballero
era mi abuelo, que no el dinero,
sino el amor guiaba.
Hombre que me dejó en herencia
una gran nariz torcida,
jamás rendirme
y honrar mi casa.

He de firmar su apellido,
de llevar una txapela
y decir un día,
frente a la centenaria casa
“dejaste en alto el nombre
como hidalgo hijo
de larga casta”.





Crisis

Es un error pensar que la crisis en la educación pase por la pérdida de días de clase. Eso es una consecuencia de la crisis y no su causa. La crisis en la educación pasa porque el modelo instalado en los 90 no se soporta más. 
1) Hay una superpoblación de los centros porque aumentó la matrícula. Al mismo tiempo en todos los partidos se pregona el tiempo completo como solución a la baja de calidad, lo que no tiene sustento pedagógico ni evidencia empírica = técnicos que hablan de lo que no saben y políticos demagogos que venden versos que suenan lindos.
2) Hay una baja en la calidad que tiene muchas causas, entre otras la imposición de un paradigma docente en Primaria en los años 90 que dejó de "corregir" a los alumnos, pero también la caída de profesionalismo en la tarea docente, sobre todo en Secundaria, debido entre otras cosas a la baja remuneración. Estamos hablando de una carrera de nivel universitario de cuatro años para la que el ente regulador (ANEP) no exige título habilitante. 
3) No hay políticas de estado en educación. Lo que hay son políticas llevadas a cabo por los gobiernos de turno, las que nunca involucran a los actores, comenzando por los docentes. Hay ensayos de laboratorio que se prueban en conejillos de Indias humanos, en condiciones óptimas para luego extrapolarlas a condiciones pésimas. 
4) Se instaló en la sociedad, luego de todo lo anterior, la idea de que los docentes deben trabajar como jornaleros, ganar como peones de estancia y ser profesionales como cirujanos. Y si no cumplen con eso y además pretenden tener derechos sindicales, son culpables de la pérdida de días de clase y por ende provocadores de la crisis en la educación. 
5) Acá de lo que se trata es de tomar partido. Pensar con independencia de posturas prefijadas por la autoridad partidaria es una actividad que distrae de lo verdadero que es A) decir que está todo bien. B) decir que está todo mal.

viernes, 23 de octubre de 2015

Amuleto

A punto de salir a la calle
de tirarme al cielo ajeno
busco entre mis bolsillos un amuleto
un paracaídas
una moneda con tu cara
y hallé
la promesa de tus labios
de un tibio te esperaba
y ya puedo salir tranquilo
el mundo
es lo que falta para estar contigo
apenas
una demora
para pensarte
y escribir un poema que guardaré
en mis bolsillos.


jueves, 15 de octubre de 2015

Ícaro besando el sol

Y uno está parado acá,
en el justo medio de la vida,
en el injusto miedo de la vida;
preguntándose si es el medio justo
o si ya lo pasó hace rato y se olvidó girar
o si giró y debía seguir.

Uno está parado acá,
en el justo medio de la duda,
sin saber si vivió lo que soñaba
o si soñó que vivía.

Uno está soñando despierto
en esta carretera sin orillas,
acelerando hacia la nada
como un suicida en un barranco,
que sueña con ser por una vez Ícaro
besando el sol.

jueves, 8 de octubre de 2015

Sol oscuro

Arde mi vientre un sol, oscura brasa;
inagotable sol que no ilumina,
incendia mis palabras y domina
las puertas de mi piel y me traspasa.

Este sol me consume, sol que arrasa,
sol sin luna, sin gloria, que termina
por matar cada luz, que me asesina,
no tiene fin ni dios, no tiene casa.

Solo puedo viajar hacia el abismo,
hundirme sin pensar en el oscuro
silencio que me grita. Ser yo mismo

mi juez y redentor, tirar mi muro;
edificar, entonces, esperanza.
Por eso debo ser. Hablar no alcanza.


domingo, 4 de octubre de 2015

Entrevista

Grande, ElMontevideano. Una revista electrónica cultural como hay pocas, acaso comparable a la gigantesca Letralia. Hecha a pulmón por Hugo Giovanetti Viola, me honra hoy con una entrevista.
Mil gracias.
http://elmontevideanolaboratoriodeartes.blogspot.com.uy/2015/10/marcelo-sosa-un-orfebre-de-la-poesia.html

domingo, 13 de septiembre de 2015

Responsabilidad y respeto


Entre las cosas que admiro de Japón (que no todo es admirable, pero hay que reconocer lo que sí lo es), es el papel que cumple el maestro en la sociedad. Me refiero a maestro en un sentido amplio, el sensei. Hay dos características sobresalientes en la relación que tienen los japoneses con su sensei: responsabilidad y respeto. Y es de doble vía, aunque no sean los extremos iguales son equivalentes. El respeto que se siente por un sensei (a veces llegando a la veneración) es correspondido por una responsabilidad del mismo ante la magnitud de su tarea, que implica enseñar contenidos pero también desde el ejemplo, brindar lo mejor de sí desde la dedicación hasta la actitud. Y si el sensei muestra respeto por su discípulo, también despierta en él responsabilidad en la atención y las tareas encomendadas, que son gran parte de la enseñanza que recibirá de su maestro.
Hace tiempo que me pregunto qué pasa en nuestro país con ese respeto y esa responsabilidad. Sobran diagnósticos y se escuchan recetas, a veces mágicas, desde el poder y la academia (ni hablar de las que se escuchan en todos lados desde la nostalgia por una edad dorada casi mitológica de la Suiza de América que pocos conocieron realmente, y menos aún en su totalidad de privilegiados y excluidos). Lo que tienen en común es ver qué es lo que tiene que hacer el otro, excusándose la mayoría, sobre todo la sociedad civil, de su propia tarea. De su responsabilidad.

Cuando pensamos en los maestros, y acá pienso en un sentido más restringido, ya que no somos Japón y no podemos extrapolar una estructura social que no es nuestra ni mucho menos tiene nuestra ideología, pensamos en los maestros de los distintos niveles de la educación formal, esto es preescolar, primaria, secundaria (incluyendo la técnico-profesional) y terciaria (incluyendo la universitaria). Lo primero que tenemos que comprender cuando hablamos de maestros -o docentes, para evitar confundirnos con títulos concretos- es que hablamos de profesionales. El salario no es un tema menor, por más que desde el gobierno (todos los gobiernos son iguales en este sentido, acá no hay derecha, izquierda o centro), se compare al docente con un empleo común, con el respeto que merecen todas las tareas y todos los oficios. El salario de un docente hace a su profesionalización, ya que esta requiere de una renovación constante de conocimientos, la participación en congresos, simposios, compra de libros y tiempo para leerlos, y muchas actividades más, tantas que llevaría mucho espacio enumerar. Entonces, partamos de la base que ningunear al docente, desmentir su carácter de profesión universitaria (tanto que todo el sistema político se resiste a que la formación de profesores de primaria y secundaria forme un sistema universitario autónomo), es faltarle el respeto a los docentes de forma colectiva. Y sin respeto el gobierno no puede exigir una responsabilidad que de todas maneras, salvo excepciones –que existen justamente por esa falta de profesionalidad que se promueve desde arriba-, existe en la gran mayoría de los docentes uruguayos.
Entonces pasamos a otro plano, la responsabilidad y el respeto dentro del aula. Este tema da para un artículo aparte dada su complejidad, pero no puede separarse la realidad del aula de la realidad del país y no puede esperarse respeto a los docentes de parte de los alumnos y de sus padres, partiendo que el discurso desde el poder (desde todo el poder, que en este tema forma un bloque granítico: el gobierno, la oposición, las grandes empresas y los monopolizadores de la voz pública que son los grandes medios masivos de comunicación) permanentemente forman opinión denigrando a los docentes y a su tarea, señalándolos como los únicos culpables de una situación escolar que se califica de ruinosa sin analizar a fondo las transformaciones sociales de la cual forma parte, reduciendo su complejidad a un análisis economicista, de empresa, de input-output donde los recursos no se corresponden con los resultados, obviando crisis económicas y sociales, obviando la guerra sorda contra la cultura que se hace desde el poder y obviando sobre todo la masificación de los distintos niveles de enseñanza formal, que se convierten en enormes guarderías, en contenedores sociales cuya función principal hace mucho que dejó de ser la enseñanza de contenidos, ni hablar de la formación de personas, que se ha convertido en una broma macabra, en un eufemismo que provoca escalofríos.
¿Que también los docentes tienen su responsabilidad en esta situación? Claro que sí, tanto colectiva como individualmente. Y también es cierto que falta la autocrítica y la elaboración de propuestas. Pero a despojarse de la hipocresía: hasta que no exista el respeto y la responsabilidad desde el poder y desde la sociedad hacia la educación, no puede pedirse a la parte más debilitada del sistema que solucione de por sí el problema.
Prometo seguir hablando del tema, y espero que si a usted, estimado lector, le despierta inquietud o le provoca rechazo o de alguna manera encuentra puntos de desacuerdo, por favor tome la voz y exprese su reflexión, su juicio sobre el tema (que no opinión, opiniones tienen los necios y los editorialistas rentados de periódicos, mercenarios de la palabra).


sábado, 29 de agosto de 2015

El pueblo

El pueblo es una bestia de mil cabezas
y un corazón crucificado.
El pueblo es uno y millones,
como las arenas de un desierto
también cabe en el balde de un niño.
El pueblo duerme ignorándose,
en su casa los espejos muestran complacientes
una dulce mentira.
Desconoce su vocación de sujeto,
y su diversidad, que es su mayor riqueza.
Los poderosos temen su despertar
y lo dividen, lo separan y enfrentan.
Le hacen creer que ha triunfado,
que no hay nada más allá
de este presente de somníferos y máscaras,
de este presente que esconde matanzas bajo la alfombra
del mar Mediterráneo.

El pueblo es un ángel con alas manchadas de petróleo,
un ángel que ha olvidado volar,
que ha olvidado su gracia
en una transmisión televisiva del circo romano.

El pueblo es un condimento de discursos floreados
que levantan escaleras a ninguna parte.

Hoy recostaré mi cabeza en el regazo del pueblo,
como uno más de sus cachorros
y lloraré mi sueño perdido,
mi soledad compartida,
esperando un alba que no llega,
pero dicen,
está al otro lado del mañana.


viernes, 14 de agosto de 2015

Un hasta luego

No hay nada más injusto que una muerte
demasiado temprana.
El dolor es una carga que se clava
como una marca equivocada.

No puedo ser poeta que cante con adornos
el cielo de este agosto que llueve como sal
en las heridas.
Sólo puedo estar ahí.
Sumar, uno más, un hasta luego.
Ofrecer con mis ojos todo, que será nada,
a los que quedan doliendo el adiós.

No hay nada más absurdo que una muerte
demasiado temprana.
Pero hay,
el recuerdo de una vida,
que acompañará cada día,
como una brisa tibia y cercana.



Agosto

Agosto llora.
Dolores como nubes
cubren el cielo.


jueves, 13 de agosto de 2015

señales puñales

el tipo desangra veredas buscando
señales puñales
el ansia corroe sus tripas y sus manos
son marionetas de un demonio negado
el tipo cierra los ojos y mira
con ojos de hambre ajena
y le pone nombres malditos a una necesidad falsa
que nunca fue más que un reflejo
en un charco de la calle
tornasolado de aceite viejo

el tipo gira sobre sí
en una regresión geométrica imposible
espiral de un callejón anónimo
construyendo su condena
por demasiadas vidas
cuando abre los ojos se descubre
en un punto sin retorno
ni voz
ni cielo


Juntapapeles: roído por un cristal ausente

roído por un cristal ausente
ruge el puma y se catapulta
sobre su presa estupefacta

mañana despertará
y recordará su cacería
en un poema
limpio de cadáveres


sábado, 8 de agosto de 2015

Juntapapeles: despierta, mi niño...

despierta, mi niño,
despierta.
se acerca el siglo
                       de las serpientes.
he quemado mis hábitos
y me sumerjo,
          desnudo y otro,
en la media
                  noche.

jueves, 30 de julio de 2015

Obsoleto

A veces la bomba de sangre es bomba de tiempo.
Ruge y se queja como un artefacto obsoleto
del siglo de las máquinas
atrapado sin querer en el siglo virtual.
El médico escucha sus rítmicos pasos
y me pregunta si fumo.
Nunca me preguntan si amo,
si me siento culpable de vivir sin hambre,
si he dejado pasar otra vez la libertad a toda carrera,
si me duelen las veces que no besé a mis muertos.
No, el tipo me pregunta si fumo,
concentrando en un cilindro de veneno
la maldad del mundo
y la angustia del cielo,
como si no le bastara la muerte que lleva
brasas adentro.

El reloj arcaico duele y no me sorprende.
Los aparatos modernos no encuentran la falla:
funciona perfecto, me dicen.
pero no le preguntaron si está cansado
de trabajar a destajo para este estafador.
En sus rojas cavidades esconde un secreto:
no es el único obsoleto en este siglo de fantasmas.



Juntapapeles: siempre quise beber

siempre quise beber
en la frontera circular
bailar en otra luna
mi vals prestado
alguien
        dibuja estrellas de fuego
hace malabares
         con hogueras emociones
figuras imperfectas
   y esclavos para diversión

siempre quise beber
              sobre todo brindar
              romper copas
como promesas
          como amores
          de circo



martes, 28 de julio de 2015

Blues

El tipo se aferraba a la barra como al último tablón del Titanic. Llevaba horas ahí, lo que no importaba demasiado en el Bar de la Última: todos parecían brotados allí. Si alguien sacara una fotografía y volviera al otro día lo encontraría casi igual, acaso algún detalle, como ver un árbol día tras otro, hoja más o menos, bicho más o menos caminando la corteza.
Pero el tipo en cuestión era poeta, y ya un poeta sobrio es demasiado, así que al dueño del bar un poeta borracho en su barra empezaba a molestarlo un poco. Sobre todo por los pedidos.
-Sírvame otro blues -pidió, levantando un dedo como para aclarar que pedía uno, no dos o cuatro.
-¿No cree que ya ha tenido bastante? -contestó el bolichero, en una pregunta que tenía más de afirmación que otra cosa. No quería cargar poetas al cerrar (sí, cada tanto el bar cerraba).
El tipoeta se afirmó con ambas manos en el estaño de la barra como si fuera un gimnasta haciendo una prueba en el potro a punto de levantar los pies por encima de la cabeza, pero el gesto no terminó de parecerse fugazmente, porque puso los pies en el suelo, despegó el traste del asiento como si separara un ladrillo de la pared, y puso un billete de bajo valor atrapado en el vaso.
Trastabillando, llegó haciendo rimas asonantes a la puerta y soltó una oda con reverencia a una mujer que inadvertidamente pasaba frente a la puerta del antro.
Se perdió en la noche mientras se apagaban sus versos.
Uno de los clientes entonces pareció cobrar vida. Aplastó un pucho apagado hacía rato en un cenicero de lata con nombre de vermouth, se acercó al bolichero que todavía miraba desconfiado la puerta, como si temiera el retorno del vate, y, curioso, le preguntó.
-¿Oí mal o te pidió un blues?
-Oíste bien -respondió el bolichero, que jugaba a ser barman frotando un vaso limpio y ya seco con un repasador blanco-, pidió un blues. El problema no es ese. Si hubiera estado tomando el viejo King no hay problema, o un Stevie Ray, pero el muy tacaño pidió un blues berreta.
Arrimó la botella y el otro se separó, como por instinto. Un ruido incierto, como un eco, sobrevoló la barra como una amenaza.
-Ah, es lo que tienen los poetas -dijo el cliente que se tanteaba los bolsillos de la camisa buscando cigarrillos.
El bolichero, tal vez reafirmando sus palabras, destapó una botella de B.B. King Old Special y se sirvió una medida generosa, permitiéndose un lujo que rara vez sucedía. La melodía invadió el bar. Otro cliente pensó en pedir que mandara la vuelta, pero se contuvo, y apuró su valsesito criollo, modesto pero alegre.

Afuera la luna recibía unos versos lejanos de poeta triste y enamorado.

No puedo

No, no puedo parar de escribir,
de llenar de borrones los papeles,
superficiales turistas en hoteles
que miran sin ver y hablan sin decir.

No, no puedo dejar de proferir
poemas groseros y sin vuelo,
no me queda más consuelo
que acaso te de por reír.

No, no puedo ni quiero mentir,
acá lo importante es la poesía.
Uno es un pobre juglar sin valía
que juega a lo que pueda salir.




Juntapapeles: Comienzo a deconstruirme...

comienzo a deconstruirme
quitando en un ritual desconocido
las partes acartonadas
de un rompecabezas
          al que estoy
demasiado acostumbrado
proceso comparable
a de quemar cartas viejas
de olvidados amores

edifico entonces
       sin plano ni arquitecto
un nuevo templo
otro puzzle
donde falta la pieza
que ocultás en un puño
imperceptible


lunes, 27 de julio de 2015

Juntapapeles: Diferencia

Aparición -dejame explicarte-
                 sería tener,
corpóreos,
tus ideales en la puerta.
Milagro,
que te absolvieran.

domingo, 26 de julio de 2015

Juntapapeles: morder una ciruela...

morder una ciruela
          robada del jardín prohibido
          saltando en jaurías
de cuatro o cinco
                   enchastrados pibes
          rojos de fruta madura
          y de carreras
tenían un perro
(pero siempre ganábamos
nosotros)


Juntapapeles

En 1996, un tipo muy loco me convenció de participar en un proyecto raro: sacar un libro de autor colectivo en Montevideo. El caso es que salió, y tuve la suerte de poder participar en un libro hermoso junto a mi hermana (con sus tiernos 16 de entonces), y otros muy talentosos autores, entre ellos el inolvidable Ruben D'Alba.
En los siguientes días publicaré los poemas que me correspondieron en ese libro, y si mi hermana me da permiso, también los de ella.
Ah, me olvidaba, el loco se llama Wilson Javier Cardozo y ya lleva 20 años con la quijotada de Abrelabios.


La vida secreta de los poetas

Lamento desilusionarla, señora,
pero los poetas también estornudan.
Se enamoran, claro,
pero no siempre locamente.
Los poetas a veces eructan,
miran películas, comen pop.
Caminan en invierno,
enfundados en gabanes,
claro que sí.
Pero también han remontado
algún que otro barrilete.
Las poetas no siempre se suicidan,
aunque usted no lo crea.
A veces hasta son felices
-tranquila, dije “a veces”-

Los poetas son seres engañosos,
uno se los imagina frágiles y sensibles,
pero cuesta reconocerlos comprando mortadela.
Esos truhanes
(y peor, esas estafadoras)
son seres
-agárrese fuerte-
humanos.
Respire, tome asiento, asúmalo.

He revelado el secreto.
Sé que caerán sobre mí
las siete maldiciones
del apóstata del verso.
Pero no soportaba esa carga en mi conciencia.
Ahora usted decide
si cuelga en su perfil los versos
más tristes de Neruda.


lunes, 20 de julio de 2015

Noche

La noche me tapa
como un océano sin orillas
sin superficie.
He llovido mis penas y la muerte
me vomita mis pecados y cadenas.
Mi adentro se afuera, se altera.
Mi alma se ajena, se pierde.
Salgo a mi tormenta.

Entre la mierda y el barro
todavía hay flores.
Debo entrar descalzo,
hundirme en la pesadilla,
sentir en mis pies el vapor dulzón,
las espinas jóvenes de cardos secos.
Hay una ninfa jubilada escondida en un ombú enano.
Canta una canción ya caduca
con letra cambiada,
ha perdido el mar de la mirada,
y creció alas para morir en este bosque mío.
Hay un carancho que me mira
con ojos de violencia en espera.
Me veo en esos ojos que tuve.

Encuentro la flor y abro mis pulmones;
limpio la mierda a gritos,
a susurros,
a oraciones.
Hundo mis manos y limpio.
Gritan mis dedos el dolor,
cantan la alegría,
despiertan como horneros y hacen
del barro nido.
Amanece.


  

Sahumerio

El humo se diluye, escapa,
prófugo hasta de sí,
en el aire impuro.

¿alguna vez fue el aire puro?
¿alguna vez no contuvo el humo prófugo?

Cárcel abierta,
cárcel menos amarga,
cárcel menos amiga,
cárcel menos cárcel,
libertad.

La brasa recorre el sahumerio,
lo consume,
le da razón de ser.
La brasa da vida y muerte en un instante,
una fatal,
hermosa y nocturna luciérnaga de fuego.

La ceniza duerme,
ha dejado todo y duerme.
Volará o yacerá, ya no importa.
Lo que importa es el aroma,
dulce aroma que besa y se pierde
en los sueños que evoca.



martes, 14 de julio de 2015

trascender

Se trata de ser,
de volver a ver cada día
como el primer día.
Se trata de trascender,
de descubrir más allá de aquí,
de ascender más allá de mí.

He visto a mis demonios
ocupar mi lugar en el banquete.
He dejado que pasaran las estaciones
sin festejar la primavera.
He oído la música
y negué a mis pies bailar
y negué a mis labios la canción.

Hoy se abre la puerta una vez más,
y me invita y atemoriza
el aire fresco en la cara.
Hoy saldré a la vida
y buscaré en su rostro mi mirada.



martes, 7 de julio de 2015

Pájaros

A Hoz Goliardo Leudnadez.

Hay un niño con ojos de pájaro
que mira divertido mis intentos de poesía.
Más viejo que su conciencia me saluda y me convida
un trago de lírico tequila.
Hay humanoides con hachas
apuntando a sus alas de ángel en caída,
rozan mis oídos los zumbidos del odio,
enanos zumbidos de toga sucia.

Hay un niño que me mira
como miro sin ojos y sin pájaros
una luna que se fue sin avisar.

He de pasar y dejar flores
a la salud del que no está en la tumba sin nombre.
He de pasar y reírme un rato con su risa,
como una prótesis de pájaro con lunas.

Por las dudas miro
con mis ojos
los pájaros.
Quién dice que no lo encuentre
mirándome en su vuelo.


lunes, 6 de julio de 2015

Serpientes

Sueño con serpientes, con serpientes de mar, 
Con cierto mar, ay, de serpientes sueño yo.  

Silvio Rodríguez

Serpientes de tinta yacen
bajo un sol adolescente.
Se niegan a portar los signos que profiero,
rechazan llevar ese veneno,
aborrecen ese artificio con que enredo
los hilos quebradizos de mis pensamientos.

Serpientes de voces se ahogan
en un mar anciano.
No pueden soportar la carga de mis rezos.
Demasiado peso sobre tan frágil sustancia,
hundiéndose sin remedio en un océano mudo.

Serpientes de luz me sobrevuelan,
claman venganza por sus hermanas.
Hincan en mis ojos sus dientes,
invaden mi garganta en sordo grito,
anidan en perdidos rincones de un alma que ignoraba.

Ahora nos convivo. Ahora está claro.
Sólo dejo que me brillen
y que bailen mis palabras.



lunes, 29 de junio de 2015

Carne, metal, madera.

Eu sou metal, raio, relâmpago e trovão”
Legião Urbana.

Soy carne, metal, madera.
El fuego que produzco me consume.
Habito infiernos celestiales, abismos,
lugares circulares, vientre de ouroboros.

Soy metal, madera, carne.
Cuchillo de mi propio fin,
doble filo de mi salvación,
soy la herramienta de mi fe.

Soy madera, carne, metal.
Hay en mis venas gotas del primer día,
la sombra de la primera noche me alimenta,
y crece en mi jardín la semilla del recuerdo
de un mañana que anhelo.

Soy ese anillo y esa cruz,
el cielo del amanecer,
frontera de otro ser que es siempre el mismo.
Nada me puede sorprender
solo tengo que cerrar los ojos y aprender a ver.

Yo soy sólo yo, y sólo debo escribir mi vida
la que será y puede ser.

Yo es sólo un pronombre, que también puede ser vos,
frontera de otro ser que es siempre el mismo.
Nada te puede sorprender.


foto tomada de http://legiao-urbana-4ever.tumblr.com/ Legião Urbana, les debo este poema.


jueves, 25 de junio de 2015

Defensa de las palabras

Vengo a defender a las palabras humilladas
en tanta canción edulcorada,
en tanto poema destemplado.
La palabra amor tiene la palabra;
se queja de sistemática violación de su sentido,
de malbaratar su alcance,
de tanto cantante melódico
que la usa como un carpintero a sus clavos.
La palabra crepúsculo languidece una protesta
y esta vez sube la apuesta
y dispara contra cierta novelista:
“no bastaba con la violación de los románticos”,
expresa,
alunada,
ahora también me usan para servir en la cena
vampiros descafeinados.
Así pasan, de a una.
las palabras airadas,
las frágiles, soñadas, aladas.
Todas señalando su ausencia,
todas significando su tristeza.
Al final,
se corporiza la palabra alma,
le cuesta decir,
hasta que exhala:
ya ni soy.

Hago esto por mis amigas
y por sentimiento de culpa, por supuesto;
también las he traicionado, alguna vez.
Así que lector, ya sabes,
respeta las palabras,
las dulces, delicadas,
infinitamente dóciles
palabras.




jueves, 18 de junio de 2015

milagro

el milagro
es un amanecer inexplicable
más allá de la mecánica del cosmos

el milagro se siembra
y brota como una epifanía
en flor
regado por el salitre del sudor
una gota de rocío
en los cuarteados labios de la tierra

una supernova
estalla en el alma cansada de un caminante
ilumina como un faro
su belleza oscura y repentina
pero ha sido el camino quien ha soplado
su escondida brasa
hasta encenderla

un milagro ha sido masticado hasta renacer
como una mariposa en su crisálida

pero hemos de buscar razones que lo nieguen
que lo maquillen
reglas que lo enderecen a lo entendible
a lo explicable
hemos de someter al cosmos
y reducir el milagro a complejos algoritmos
o
hemos de forzarle una mágica razón
un arcano distante y esotérico

mientras el humo tapa el cielo
el milagro
ajeno a disputas bizantinas
que lo expliquen o lo oculten
porfiadamente sucede
y florece
como el primer
y el último signo.


jueves, 4 de junio de 2015

Tristezas

http://nometiresyerbaenelteclado.blogspot.com/2015/06/escena-montevideana-4-tristeza.html

La tristeza me persigue en carteles
en canciones olvidadas, lugares
comunes de poemas. Son dispares
formas del ayer. En sus anaqueles

duermen recuerdos y ausencias. Hoteles
de silencios que gritan luces. Bares
que sirven ajenjo y canela. Mares
naufragados por barcos y papeles.

El tipo de Tristán es un misterio,
portando fatalista su cartel
me desnuda de dudas y certezas

¿Será certero entonces su criterio?
No sé si dice verdad su papel,
no sé si finalizan las tristezas.

martes, 2 de junio de 2015

Escena montevideana 4: Tristeza

Montevideo es una caja de sorpresas. Forrest Gump diría que es una caja de bombones, pero a mí me parece más una bolsa de caramelos de todos los sabores, como los que compraba Harry Potter que nunca ligaba uno de ananá o cereza, lo mejorcito era alguno de cera de oídos.
Bueno, hoy me tocó uno de cera de oídos. Entrando a la Facultad de Psicología me cruzo a un veterano, que sin estar mal vestido, no tenía pinta de pasarlo bomba. Traía un bolso de cuero, y colgado del bolso un cartel impreso y plastificado con la siguiente inscripción

TRISTEZA NO TIENE FIN

A lo mejor tiene. A lo mejor nos deja algún recreo. Pero lo cierto es que el cartel me persigue. 

lunes, 25 de mayo de 2015

entre otros fantasmas

Entre otros fantasmas me habita un poeta.
Le llamo versero para que no se la crea
y me mande beber ajenjo
y enamorar doncellas epilépticas
o vampiresas jubiladas
o peor
viceversa
le digo que no me joda
que mi amor no es imposible
que es tan posible
que es.
Pero no hay caso.
Seguirá componiendo sonetos
de dudosa métrica
y versos sueltos
de dudosa poesía.
Tendré que tolerarlo y
tendrán que disculparme.

jueves, 21 de mayo de 2015

Cinco balas

No duerme la poesía
en la lengua de la musa.
Se desliza como intrusa
entre las rejas del día,

se mantiene con porfía
bajo la ruleta rusa
de cinco balas. Confusa,
transmuta como jauría

rabiosa sobre el papel.
Cada verso es una herida,
un beso, un accidente.

Al final queda dormida
como libro en anaquel;
dormida pero presente.


jueves, 14 de mayo de 2015

Katmandú

La nación que duerme en la cima del mundo,
como un gato en los hombros de un gigante,
es ignorada por los plácidos dioses del valle;
pero el paisaje que besa la panza del cielo
a su vez descansa en tectónico conflicto.

¡Ay de su despertar!
¡Ay de nuestra locura!
Qué fácil es ignorar
la muerte de las alturas.

El vientre de la montaña
escupe un monstruo sagrado,
sus manos pueden romper
palacios y hasta el santuario
donde dejamos yacer
los sueños más delicados.

¡Ay de su despertar!
¡Ay de nuestra locura!
Qué fácil es ignorar
la muerte de las alturas.




Boys don't cry

I try to laugh about it
Hiding the tears in my eyes
Because boys don't cry
Boys don't cry
The Cure.


Mi viejo jamás me dijo que los hombres no lloran,
nunca hubiera dicho semejante burrada.
Él me enseñó a llorar para adentro,
a bancármela callado y levantarme.
Me enseñó a doblar el lomo por la casa
y no agachar la cabeza ante nadie.
Aprendí a ser hombre sin palabras,
viendo partir sus manos por el pan de la familia.
Los rituales tienen sentido cuando dicen
como el puño rebelde que se alza
y jamás se baja hacia los suyos.
Mi viejo rara vez hablaba orgullo
lo decía con los ojos y con las manos.
Imagino ese verdor encendido
todavía hoy vivo en su sangre.

Mi madre es de esa gente que no alza la voz
pero dice tan fuerte como mil enciclopedias.
Está siempre, en todos lados.
No recuerdo una parada difícil sin ella.
Me enseñó respeto hacia todos
empezando por mí mismo.
Lee mis poemas como si fueran joyas literarias
y me hace sentir el mayor de los poetas.
Es fácil escribir su cercanía,
su mano mágica en la cocina
su honor, su libertad.
Somos lo que somos por mi madre:
aprendimos a arremangarnos con ella,
a ser solidarios hasta las últimas,
a confiar en el otro hasta la vida.
Jamás me dijo que los hombres no lloran,
nunca hubiera dicho semejante burrada.

El amor es ver lo que mis viejos hicieron con nosotros.
Es jamás haberse sentido pobre aún en la más puta miseria.

Es mucho más que días rojos en el calendario.
Por eso el aparente retraso de este poema.


miércoles, 13 de mayo de 2015

Por qué soy hincha de Wanderers

La respuesta fácil es la pasión. También es cierta, pero se queda muy corta. Uno se hace hincha de un cuadro por afinidad emocional con cosas que te vinculan: porque es del barrio, porque los padres lo llevaban de chiquito, porque de ese cuadro era tal tío que te traía camisetas. De cumplirse todo eso tendría que ser de Nacional, club por el que siento muchísimo cariño. Pero no.
Soy un hijo de la dictadura, nací seis años antes que se diera el inevitable, doloroso, esperado y traidor golpe de estado del setenta y tres. Eso te marca, por supuesto, de muchísimas formas; en mi caso fue con exilio de toda la familia. Me crié lejos del barrio, no recuerdo si mis viejos llegaron a llevarme alguna vez a la cancha, aunque dicen que sí. Así que lo afectivo con el fútbol criollo no me ligaba a ningún club en particular, pero de chiquito la celeste de Uruguay era una marca de identidad a la que me aferraba como a un salvavidas; ver jugar a la Celeste en el mundial juvenil de Japón, por ejemplo, fue una experiencia de orgullo, de tener algo que era mío ante el bulling (acoso que no tenía nombre) en un país que a veces te hacía sentir extranjero, incluso a los once años.
Cuando retornamos al país empecé a ver fútbol con camisetas locales. Y de nuevo hubo algo afectivo pero extraño que me salvó. Era un desexiliado, era un extraño en mi ciudad, de alguna manera me quería integrar pero necesitaba a la vez diferenciarme. Ser hincha de un cuadro, para muchos intelectuales, es casi renunciar al costado racional que tenemos, es entregarse a la barbarie (si uno sólo tiene noticias de los aspectos morbosos de las hinchadas, esto tiene sentido). Entonces, ¿cómo es que uno puede elegir ser hincha de un club? Creo que en mi caso fue así. Creo, digo, porque no estoy del todo seguro si yo elegí a Wanderers o Wanderers me eligió a mí (la segunda parte de la proposición me da demasiada importancia y admito que suena muy raro, pero esperen).
Uno empieza a mirar fútbol y de a poco se va haciendo una imagen del espíritu de un cuadro. Luchador, elegante, rebelde, ganador, prepotente, masivo. Hay muchas cosas que te dice una camiseta que uno puede ver si mira con atención; y a veces uno las incorpora en esas zonas de difícil acceso pero que te mueven. Wanderers para mí fue la intimidad, la identidad, el coraje, la rebeldía. Era fácil seguir en la tradición de cuadro grande: el cuadro grande no pide nada de uno. Pero ir a ver jugar un cuadro chico me pedía lo que yo necesitaba. Lo que necesito.
Hace muchos años que soy hincha de Wanderers, tantos que todo lo que acabo de escribir lo tengo en un cajón de la memoria. Tuve que revolver mucho para poder poner en palabras mucho de lo escrito más arriba. Y cuando voy a la cancha esas cosas parecen tan obvias que es casi un despropósito decirlas. Me siento bien viendo a Wanderers. Me siento bohemio desde la cuna y sufro como loco y es un lindo sufrimiento. Voy, miro, respeto y ahí es donde tiene sentido cuando decía, ¿se acuerda?, de eso que el bohemio me eligió a mí. Porque el hincha de Wanderers es así. Respeta, alienta, se identifica a muerte con esos colores. No importan los campeonatos, que los tiene y es hermoso ganarlos. Importa la identidad. Importa el respeto a los jugadores -el que le grita algo ofensivo a los jugadores que visten la blanca y negra a rayas no es de Wanderers, no merece llamarse bohemio-, importa sentarse ahí en el Viera y cagarse de frío en pleno invierno a tres metros de la cancha y disfrutar con una moña del Chapa, con un cabezazo del Chifle, con un conejo de la galera del Mago Santos o gritar un gol de campeonato abrazados con el Max13 alambrado de por medio.
Porque los hinchas de Wanderers somos así. Bohemios, alentadores, a veces pesimistas, a veces optimistas hasta el absurdo. Somos parte de ese club tan raro, tan porfiado que nació a contramano del mundo, trotamundos, locos lindos. Tenía razón el gringo: somos unos wanderers.