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sábado, 29 de noviembre de 2014

la vida no sonríe

la vida no sonríe
como aviso cool
en los pozos del cielo
es verdad
no vivo allí
es verdad
no vivo lejos
dicen que hablar
es fácil sin carnet
dicen que hablar
es fácil
he visto el rastro reptante
de falsas alas
dejando cáscaras
ex personas
lo he visto como un turista al partenón
llorando tras la zenit abismal
guardo la vida como las últimas monedas
como dicen los sabios con carnet
ellos saben
que hablar no siempre es fácil
ni gratis

domingo, 23 de noviembre de 2014

declaro

hoy
día maravilloso
víspera de un día de amor y risas
declaro
no hay nada más peligroso
que una corbata vestida de jeans
que una gomina despeinada
prefiero
la mirada azul de las fotografías viejas
y la sonrisa violeta naranja del atardecer desde mi ventana
al expediente multicolor de ingeniería
al hachazo cultural de los dueños del aire
al disecador de mariposas púrpuras que sobrevuelan
viejos poemas
declaro
usar el idioma como herramienta
y no como cinturón
reservo las mayúsculas para Dios y Utopía
no las necesito para amar o hacer pizzas
declaro
mi odio irredento
a los prestidigitadores de números
a los falsos poetas de pompa sin jabón
vomito porque no trago
a la revolución contrarrevolucionaria
al apretón de manos gélidas
a los hijos del odio con carnet de funcionario
hoy estoy un metro más cerca del adiós
pero más lejos del aplauso insensato a mi enemigo
me declaro ebrio de lúcida confusión
incapaz de deletrear la lección dominical en la iglesia del partido
hoy los clavos me han dado
libertad sin condiciones
hoy soy
y lato en los pocos que me aman.

jueves, 13 de noviembre de 2014

lloverán flores

a veces la primavera
es un accidente
del calendario
a veces las flores
no asisten al ring

en esos días sin cielo
la muerte te calza un gancho
previsible
sorpresivo
un golpe de k.o. cantado
y sin embargo
inesperado

el golpe te arranca
el protector y las ideas
los dientes y la noción de prójimo

en la lona
la primavera es un recuerdo ajeno
la boca se anega
de sangre y sabor a mierda
a la cuenta de nueve
te levantás
ofrecés a la muerte
una sangrante
eterna
desdentada sonrisa

entonces
recién entonces
sabrás que has triunfado
entonces
recién entonces
lloverán flores

domingo, 9 de noviembre de 2014

odio III

el odio es un dandy cobarde
en un baile de máscaras
dicen mis amigos
en plurales voces
que debajo de ese disfraz
hay muchos demonios
el miedo
la envidia
la ignorancia
la miseria
nombres
más máscaras
más caras
más
escondites en un laberinto de púas
los psicólogos tejen teorías como si fueran corbatas
los sociólogos miden el odio
como si fuera una marea
como si no los mojara
todos tenemos algo que decir
de este dandy travestido
al fin de cuentas
nos ata los zapatos por las noches
nos hace desconfiar hasta de los jazmines
y nos contamina hasta la sonrisa

el odio
es un aristócrata vestido de harapos
es el triunfo del enemigo
pero el enemigo verdadero
ese que vive en la oreja
el otro
es otro
pobre diablo
como vos
y como yo
corroído por los demonios que dicen
se visten de odio


martes, 4 de noviembre de 2014

canción de cielo

no puedo tocar el cielo
no
pero ¿para qué tocarlo?
si el cielo no es piel
no es papel
si el cielo no responde a mi tacto
no soy
su semejante

la canción tiene su borde
y lo avizora
la canción se dulcifica en el adiós
como una promesa delgada
un nomeolvides deshojado
que se besa y vuela.

ya no tiro piedras al cielo
no
ni las piedras ni el cielo
tienen la culpa de mi angustia
ya no subo escaleras
no
si no soy su semejante

he de sentarme en la hierba
el hermoso pasto
y miraré una vez más el cielo
con ojos que quizá
se le asemejen

he de cantar la canción
y su dulce final
de beso y vuelo.

lunes, 3 de noviembre de 2014

por ética

Hay dos actitudes cuando uno se pone a escribir. Una es la que estoy asumiendo ahora, descriptiva, taxonómica, que podemos definir como relacionada a lo que es. Otra es normativa, o declarativa, que podemos definir como relacionada a lo que debe ser.
Cuando uno se pone a escribir de literatura puede adoptar, entonces, una actitud científica o pseudo científica, que debería ser descriptiva (nótese cómo se puede ser normativo acerca de lo que es descriptivo, de paso), es decir, que debería decirnos qué corno es lo que la gente entiende por literatura. La gente, ese ente difuso y con márgenes borrosos, pero no el autor. El autor debería (otra vez debería...) quedarse piola y no meter sus creencias y sus prejuicios en el medio. Debería, pero se complica. A lo que podemos esperar, en el mejor de los casos, es a un autor honesto que reconozca sus prejuicios como tales a la hora de mostrarlos.
La otra actitud entonces es la declarativa. Porque por más que nos sintamos dictadores de la literatura y nos empeñemos en decir que las cosas son como decimos que son y deberían ser lo que se nos antoja a nosotros que sean, o de la forma que se nos cuadra; en definitiva la gente (ese ente difuso, etcétera) no nos va a dar pelota. O sí, pero eso no cambia las cosas, sólo la manera de ver esas cosas por un grupo más o menos reducido de gente (ni me meto a hablar de la fenomenología y anexos, la dejo por ahí y punto).
Toda esta introducción para distinguir entre la teoría de la literatura y la poética personal de cada autor, es decir, entre los que se ponen a analizar la literatura como un objeto y los que se sinceran y dicen “yo escribo así por tal y tal motivo”, llegando al extremo de los que dicen “se debe escribir así”.
Bueno, ahora cambio la actitud. Paso a la segunda: declaro.
Declaro escribir, para empezar. La primera pregunta hipotética a responder, sería ¿por qué? Porque sí. Porque me hace bien, largo toda la basura y suelto todos mis ángeles a volar mientras escribo. No sé si es una necesidad, al menos si es una necesidad comparable a las fisiológicas como orinar, comer o respirar; o comparable a las espirituales como amar, reír o putear (hago la aclaración que en rioplatense básico putear significa proferir diatribas contra el aire o contra el que se cruce en mal momento). Pero es necesario, cada tanto, largar, decir con los dedos, dejar en signos quietos mi bien y mi mal.
La segunda pregunta es para qué. Que no es lo mismo que por qué. Bueno, la respuesta es más sencilla: escribo para que otro lea. Ese otro que puedo llamar lector suele ser conocido (tan poquitos son), pero tengo la pretensión de que no necesariamente lo sea.
La tercera pregunta, y acá viene lo más complicado, es cómo. Bueno, al menos cómo intento que sea el resultado. Y acá me voy a explayar un poquito:
Escribo, ante todo, poesía. Es lo que más me interesa y lo que (creo) mejor me sale. Lo que no habla muy bien de lo demás, en comparación.
Hay poetas que tienen todo un sistema elaborado: sus poéticas. Son famosos Mallarmé, Rimbaud, Valery, Huidobro... sobre todo, los que la teoría literaria (ya me iba a servir haberla mencionado) agrupa en ismos. Y uno tiende a arrimarse a esos ismos, que son como árboles en una tormenta. A veces, sólo a veces, nos animamos al descampado. Nos mojamos, claro.
Bueno, mi manera de mojarme es darle pelota sobre todo a la frase. Decir como puñetazo, así es la mejor manera, se me ocurre, como puedo decir. Y que la frase además signifique, claro.
Todo esto no deja de ser una pretensión, un intento. Por eso, como manejo con limitación las pretensiones trato de no buscar que además tenga un vuelo, o que juegue con la sonoridad, o que bucee entre simbolismos varios. A veces hago eso pero es de puro inconsciente, nomás, y así me sale (como mi cara).
Cuando por una de esas logro o creo lograr la frase, sigo el juego con el poema. Es decir, trato de continuar el intento verso a verso, estrofa a estrofa. Me pongo por momentos exquisito o exigente y termino exiguo y exhausto, después de intentar malamente un soneto, una décima o un hayku. Esto último me ha dado varios dolores de cabeza, porque aparecen expertos desde abajo de las piedras (y yo que me conformaba apenas con cuatro ex-). Y realmente termino dándome cuenta de lo al pedo que son todas esas teorías de cómo deben ser las cosas. Pero ni así aflojo con mi propia teoría de cómo debe ser mi poema.


Ahora, lector (sí, vos, ¿a quién te creés que le hablo en esta soledad? Casi te puedo nombrar de poquitos que son), ahora ya sabés mi secreto a voces. Mi sistema antisistema. Ahora podrás leer mis poemas y ponerte en crítico, subrayando cada error. O al menos eso espero, porque te digo la verdad, los poetas somos pésimos criticando nuestro propio laburo.  

domingo, 2 de noviembre de 2014

la lluvia es un tango

La lluvia es un tango
de anacrónica tristeza.
Ya no somos modernos,
ya no.
Ya no cantamos al progreso
de valientes aeroplanos,
la lluvia ya
lavó el asombro.
El tango gota a gota
ronronea gato a gato,
entre dedos que golpean
un africano piano.

La lluvia candombea,
mezclándose en la sangre
roja como el cielo de febrero
La sangre
llueve como un tango.

La lluvia repica
en un moderno cinc,
en un galpón sin tiempo.
Entre mate y mate,
sin apuro,
el hombre ensilla un alazán
que correrá contra el tiempo.
Nadie apuesta
por el opuesto.



sábado, 1 de noviembre de 2014

odio II

me consume
como un fósforo de cera,
lo llevo dentro
como un gen maldito.

el odio no es los otros
me digo
no seas hipócrita
no me
te
nos
mientas.

si lo ves en los demás
es porque son tus
mis
nuestros
espejos.

el odio es tan humano
como el amor
y su sombra.