Arthur Rimbaud, Le Bateau Ivre.
La palabra no tiene corazón;
apenas tiene hueso descarnado.
Arcano es el destino que los hados
tejieron cuando hicieron su armazón.
Anhela la palabra su razón;
una vez proferida fue olvidado
su sentido, su rumbo liberado:
deriva, barco ebrio, sin fe, sin don.
Recibe la palabra, mi lector,
otorga contenido a su carcasa;
que brote, signifique, tenga vida,
depende de tu ojo soñador.
En tu predio construye nueva casa:
que sea la palabra bienvenida.