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lunes, 31 de julio de 2017

Huésped

En mi pecho se aloja una rata
que roe mis entrañas como un demonio incansable.
Quiero huir de mis huesos de cárcel,
de mis cielos ciegos. Pero no hay lugar
donde pueda ser libre de mi huésped maldito.
Traslado mi condena como un nombre secreto.

El aire frío corta mi piel como la navaja
de un barbero ebrio. Me despierta
su beso de hielo y veo con la claridad del iniciado.
Soy el enemigo que llevo en mi ser.
Soy la cárcel que cierra mis pasos.


viernes, 28 de julio de 2017

Penitencia

Escribo cien veces
el mismo poema.
Vuelvo a caminar sobre una huella
cada vez más ajena.
Me embarro en frases mojadas
por demasiadas lluvias y sigo sin decir.

Suelto al aire cien veces
un poema que no vuela y vuelve,
avergonzado de sus alas indignas del aire.
Me embarro en el pantano de esas frases
que pretenden ser ríos y no llegan a mar.
No llegan a amar.

Y suelto esta noche mis pobres palabras,
apretadas contra el ala izquierda,
agrupadas en caprichosos versos simulando un poema
tan aleatorio como mis intentos.

Si llegas a verlas milagrosamente en vuelo,
querido lector,
abre la ventana para que puedan dormir.
Para que lleguen a mar sus frases mojadas.

Para que lleguen a amar.

miércoles, 26 de julio de 2017

Canción del fracaso

Cántame otra canción sobre el dulce fracaso,
cántame la tentación de besar el ocaso.
Cántame otra canción que invite a dormir
para no despertar y ahuyentar el dolor,
como si fuera verdad, como si dejarse ir
alejase el mal.
Canta muy alto, grítame; no voy a escuchar.
Voy a levantarme una y otra vez,
esperando el knock out.
Canta, sirena, tu canción de avenidas
de un solo sentido.
Siembra silencio tu son en mi oído.
Sólo dormiré cuando llegue
ese golpe que espero y esquivo.
Golpe dulce, terrible y hermoso;
un golpe liberador, definitivo.

sábado, 8 de julio de 2017

Mi corazón

E’ il mio cuore
Il paese più straziato.
G. Ungaretti, San Martino del Carso.

Mi corazón,
ese músculo con buena prensa,
se hartó de mí,
quiere salir a pasear por el hilo plateado.
Recorrer mundo de la mano de ángeles sin carnet.

Mi corazón,
ese órgano ingrato,
me quiere dejar a pecho abierto, abandonado
como una promesa después de la victoria.

Es por eso que a veces se ensancha
y crece como pan en un horno
demasiado pequeño.
Por eso duele a veces como una traición,
como una muerte a final de temporada,
como darse cuenta que nunca llegará esa llamada.

Mi corazón, esa piedra

desafortunada.  

Brillos de la noche

La noche es un pozo sin orillas
que me viste de una fría desesperanza
como un hábito deshabitado.

En la noche brillos falsos encandilan
como versiones pobres de soles viejos y lejanos,
soles ya muertos que no se han enterado.

La noche juega a mentir verdades
como un narrador de hoguera
ante un público cómplice.