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martes, 28 de abril de 2015

Han matado el mañana

crece desde el pueblo el futuro
Alfredo Zitarrosa

Han matado el mañana.
Lo arrancaron de nuestras manos
dejándonos como bandera
el vacío y la estupidez.
Han instaurado el hoy perpetuo,
hueco como una calabaza de plástico
en una fiesta trasplantada y transgénica,
este hoy que no termina
es una cirugía que miente vida.

Han matado nuestro anacrónico mañana
para no buscar repuestos,
y llenaron nuestras manos de aparatos
que no besan el viento.
Transitamos sin destino
el estúpido vacío
en un hoy sin ternura.

Desterraron el error por puro miedo,
crear es una osadía imperdonable
y saber es un pecado
en esta ciudad de luces frías
esta ciudad
sin ciudadanos.

Han proscrito la palabra futuro
y se ha reciclado la vieja retórica
con nuevos eufemismos;
el lenguaje es una máquina de mentir
y pensar es un pasatiempo
cuyo tiempo ya pasó.
En este desordenado orden impuesto
la poesía es un artefacto
de instantes superfluos.

¿Y entonces qué?
Sobrevivir al absurdo,
gritarle al cuervo “nunca más”,
fabricar signos nuevos
con paciencia de artesano.
Restituir el valor de la palabra
y darle vida.

Cuando no hay mañana hay que hacerlo,
no se puede comprar esperanza
en la feria de viejas promesas,
se construye de barro,
como hace el hornero con su nido.


jueves, 23 de abril de 2015

Zapatos

Mis zapatos tienen un kilometraje de taxi viejo,
han perdido brillo y belleza
como los ojos de un cínico.
Hace unos días mis zapatos me subieron a un ómnibus
-no los culpo, es difícil soportarme-
y al final descansaron cuando me senté
en los asientos de triste nombre.
Frente a ellos,
coquetos,
blancos calzados deportivos
sostenían a una tenista.
Subió un trabajador y se paró en la plataforma
sus zapatos de puntera de acero
tenían manchas de cal.
Entonces reparé en el polvo de ladrillo
que coronaba los championes
de la muchacha.
Somos la prolongación
de nuestros zapatos,
pensé,
o pensaron mis zapatos viejos.
Al fin y al cabo,
ya no nos distingo.


lunes, 13 de abril de 2015

Chau, Eduardo.

Chau, Eduardo.
Contigo se va un penúltimo chau a mi viejo.
Al mundo y al micromundo que compartían.
Ambos me enseñaron que el segundo que corre
era más importante que el segundo que duerme
sin soñar.
Chau, Eduardo.
Te imagino dibujando chanchitos en las nubes,
preguntando donde para Obdulio,
poniendo vagamundo como profesión
en el último pasaporte.
Chau, Gius.
Si ves a mi viejo por ahí,
contale de su nieta,
hablale del último gol de Suárez,
decile de mi parte que Piriápolis está preciosa.
Chau, Eduardo,
que es decir,
hasta luego.




lunes, 6 de abril de 2015

Soy

¿Quién soy? Me pregunto,
demasiado tarde para ser temprano.
A esta hora debería ser un ciudadano
sin preguntas, sin asunto,
camino al deber. Porque debo
los impuestos y la vida,
pero no sé quien soy y la ida
se hace pena. Entonces bebo
unos mates y en el espejo
busco respuesta. El barba
me mira y sonríe. Escarba
sus ojos el plano reflejo
de mi cara. No tiene respuesta.
La cédula dice mi nombre
oficial, el apellido del hombre
que me enseñó a reír. Puesta
la identidad en cartón con sello
sigo buscando en mis cosas
lo que tengan de mí. Rabiosas
voces callan en un destello
de silenciosa luz. Me llama
mi esposa y me regresa:
es un descubrimiento esa
voz que amo. Quien ama
podrá entenderme. Estoy
ubicado en el mundo. Soy.




viernes, 3 de abril de 2015

Escritor

(dedicado a Hugo Giovanetti Viola y a Eliana Lucián)


Le roba horas al sueño.
Escribe como si respirara por los dedos.
Teclea y tantea sin mirar un cigarrillo, una flor, un salvavidas.
Lo que pase más allá de la última página ya es otra historia.
Vive de escribir,
cobre o no por ello.
Cuida con frenesí de madre primeriza
la ortografía de cada línea,
la sintaxis exacta que su pericia dicta.

Merece el trato,
ni más ni menos,
que se confiere a un orfebre,
a un músico,
a un artista.
Otros serán nombres de pluma,
blanco de flashes,
letra de molde en lomos de best sellers,
corregidos hasta el cansancio
por esforzados editores.
El escritor,
el verdadero,
goza el antes,
la soledad inmensa de la poiesis.

La letra
con sangre sale.