A la hora en que los vampiros vuelven a casa
y las luces se descuelgan lánguidas de las lámparas,
te sueño y despertando te sueño en la vigilia.
Los días se suceden como caballos en una carrera indefinida e infinita.
Cada noche me acuesto a tu lado y no imagino
otro lugar en el mundo para despertar a salvo.
Luego del café y el beso de hasta luego rentamos nuestro tiempo,
sonreímos a extraños y extrañamos el rincón nuestro,
el saludo canino insobornable y los brazos que rodean.
A la hora en que los vampiros salen de fiesta
y las luces artificiales opacan las estrellas,
los párpados caen como telones y sueño que despierto contigo.