No hay nada más
frágil
que un sueño roto,
no hay nada más
fuerte
que lo que ya se
rompió.
Tenés en tus manos
mis sueños
como fuertes
herramientas,
como finos
instrumentos;
tenés en tus manos
los vientos,
tenés en tus manos
las tormentas.
No hay nada más
intenso
que soñarte
despierto,
no hay nada más
suave
que besarte en
sueños.
Moriré unas horas
esta noche
para poder ver tus
ojos en el día.
Arderá mi rostro al
sol todos los días
para dormir a tu
lado cada noche.
No hay nada más
frágil
que el recuerdo de
un beso,
no hay nada más
fuerte
que sus lazos de
hierro.
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