Nada
crece a la sombra de los héroes.
Solamente
florece sobre la memoria
de
mujeres y hombres que sangraban y reían,
y
nos hicieron llegar tan lejos como nuestros sueños.
Nada
crece a la sombra de los héroes.
Los
condenamos a la inmortalidad
de
las mentiras que cuentan juglares a sueldo,
de
sucios mercaderes de mitos.
Los/
nos condenamos,
a
un mañana sin leyenda, a grises días.
Nada
crece a la sombra
de
las mentiras de boliche.
Dicen
que Artigas no quiso volver,
dicen
que Obdulio bebió con los vencidos.
Algún
mediocre los hizo mitos.
Los/
nos condenó a la sombra.
En
una plaza florecen niños
alejados
de cantos de ciegos que nunca
conocieron
el barro
de
las batallas.