crece desde el pueblo el futuro
Alfredo Zitarrosa
Alfredo Zitarrosa
Han matado el
mañana.
Lo arrancaron de
nuestras manos
dejándonos como
bandera
el vacío y la
estupidez.
Han instaurado el
hoy perpetuo,
hueco como una
calabaza de plástico
en una fiesta
trasplantada y transgénica,
este hoy que no
termina
es una cirugía que
miente vida.
Han matado nuestro
anacrónico mañana
para no buscar
repuestos,
y llenaron nuestras
manos de aparatos
que no besan el
viento.
Transitamos sin
destino
el estúpido vacío
en un hoy sin
ternura.
Desterraron el error
por puro miedo,
crear es una osadía
imperdonable
y saber es un pecado
en esta ciudad de
luces frías
esta ciudad
sin ciudadanos.
Han proscrito la
palabra futuro
y se ha reciclado la
vieja retórica
con nuevos
eufemismos;
el lenguaje es una
máquina de mentir
y pensar es un
pasatiempo
cuyo tiempo ya pasó.
En este desordenado
orden impuesto
la poesía es un
artefacto
de instantes
superfluos.
¿Y entonces qué?
Sobrevivir al
absurdo,
gritarle al cuervo
“nunca más”,
fabricar signos
nuevos
con paciencia de
artesano.
Restituir el valor
de la palabra
y darle vida.
Cuando no hay mañana
hay que hacerlo,
no se puede comprar
esperanza
en la feria de
viejas promesas,
se construye de
barro,
como hace el hornero
con su nido.