Decir que te amo
es encerrar en cinco letras
veinte años de soles y lluvia
y abrazos que sostienen
como árboles al cielo.
Decir que te amo
es un intento pobre pero imprescindible
de traducir besos en una palabra
mágica y enana que no alcanza
a decir angustia, placer, dolor,
despedidas, soledad y alivio.
Hay gente que supone
que trabajo con palabras:
lamento defraudarlos.
En este momento no puedo armar
emocionantes discursos,
poemas que sean recitados en colegios
ni cartas de antologías literarias;
apenas puedo, con torpe voz
decir que te amo.