uno
desnudo de otros estaré ese día:
ni los ángeles acudirán
¿para qué esperar entonces,
a tomar, amarga como un campari, la
soledad?
dos
vos, nos,
pronombres ciertos
construyen días como cielos
noches como sueños.
trece
la bendición traía ojos violetas
a mis trece asombros
veintiséis
un páramo donde brotaron casas
regadas a sudor,
raíces que vuelan.
y ya está,
no sé de grandes números;
sólo intentos
de versos finitos.
1 comentario:
Que buenísimo,Marcelo!muy llegador
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