Una media luna de
marfil
brilla como la joya
principal
de una corona
olvidada.
Cóncava cesta,
su lado oculto
recoge
promesas
incumplidas,
plegarias sin fe,
palabras vacías
flotando a la deriva
en un mar infinito.
Una media luna de
leche y miel
nos mira con
inmortal piedad,
como una madre sin
hijos,
lejana y sola.