A la hora en que el Alba
con rosados labios de madre
besa el contorno de las cuchillas,
un último bostezo escapa
entre vapores de mate
y deseos de volar
como garzas blancas.
Los sueños se visten de verde
como las matas salvajes
que bordean la ruta.
Los sueños se resisten
a la vigilia civilizada que insiste
en cortar sus alas
como a teros de jardín.