Escribo un poema como un río,
que es el mismo cada vez y es distinto
como los días que vivo
o por los que transcurre mi navío.
que es el mismo cada vez y es distinto
como los días que vivo
o por los que transcurre mi navío.
Escribo como quien se hace a la mar
sin conocer el puerto de arribo,
escribo como un loco o un profeta
que apuesta con seis balas a la ruleta.
Escribo cada vez la misma cosa,
cansando la paciencia de quien lea.
Escribo con la esperanza de que sea
recordado como un tipo que escribía.