La cobardía es asunto
De los hombres, no de los amantes
Silvio Rodríguez.
Si querés hacer
poesía, querido niño,
tenés que
sangrarla. Parir cada verso
y luego romperlo en
pedazos.
Para hacer poesía
tenés que hacer
artesanía,
filicidio, arte cruel, amor sagrado.
Juntar los pedazos
de tus heridas
y volver a mojarlos
con sudor.
Dejate las manos y
los ojos, que te duelan
como un round final
contra la muerte.
Buscá la perfección
y cuando la encuentres
volvé a romperla.
Para hacer poesía
jamás desnudes tu
alma
a los putos
críticos.
Ellos son buitres
impotentes,
caricatura del arte
en harapos de colores.
Para hacer poesía,
mi niño
tenés que
despreciar los laureles,
la palmadita en la
espalda en el boliche,
el prólogo servil
del consagrado.
Para hacer poesía,
mi niño,
tenés que hacer
la revolución; la
poesía no es asunto de cobardes
ni de tibios.
Finalmente reíte de
los consejos.
No hay como los
errores propios;
los viejos poetas
aprendieron de los suyos,
luego se sientan,
borrachos, y escriben:
“si querés hacer
poesía, querido niño...”.
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