El humo se diluye,
escapa,
prófugo hasta de
sí,
en el aire impuro.
¿alguna vez fue el
aire puro?
¿alguna vez no
contuvo el humo prófugo?
Cárcel abierta,
cárcel menos
amarga,
cárcel menos amiga,
cárcel menos
cárcel,
libertad.
La brasa recorre el
sahumerio,
lo consume,
le da razón de ser.
La brasa da vida y
muerte en un instante,
una fatal,
hermosa y nocturna
luciérnaga de fuego.
La ceniza duerme,
ha dejado todo y
duerme.
Volará o yacerá,
ya no importa.
Lo que importa es el
aroma,
dulce aroma que besa
y se pierde
en los sueños que
evoca.
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