El soneto carga catorce balas,
catorce gritos en la oscura noche,
catorce peldaños antes del broche
de la vanidad. Pero no tiene alas.
catorce gritos en la oscura noche,
catorce peldaños antes del broche
de la vanidad. Pero no tiene alas.
El soneto carece de las malas
artes discursivas. Hace derroche
de lírica, se aleja del fantoche
para adornar las elegantes salas.
Pero cada verso es una prisión
con once barrotes de duro viento,
paréntesis de palabras calladas.
Este soneto tiene la misión
de ser apenas débil instrumento
con vocales bellamente rimadas.
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