Demasiado viejo para
hacer poesía
estiro la cadencia
de palabras sin rima,
regadas en la tierra
como semillas infecundas.
Demasiado joven para
la sabiduría
reciclo hexámetros
dactílicos
aún sin saber
reconocerlos.
Como todo bufón
debo ser quien no soy.
Un tahúr que juega
con cartas que cortan
en cada jugada los
hilos de plata.
Demasiadas palabras
para un intento vano
de cantar lo
inefable a quien ya
no lo puede
escuchar.
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