Acorralado por la sombra sin nombre
huyo hacia la profunda oscuridad de mi alma.
Allí donde no me conozco,
en el infierno de mis adentros,
me escondo de jueces y de amigos.
Soy un paria en un páramo seco,
un sobremuriente sin carnet.
Pero el abismo también es torre,
en esa oscuridad reside una luz
que me muestra mis horrores
y resalta en ellos los brillos de mi vida.
Aquellas joyas que le dan sentido a todo.
Me hundo en mí
para emerger.
Soy
mi sombra.
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