el tipo desangra
veredas buscando
señales puñales
el ansia corroe sus
tripas y sus manos
son marionetas de un
demonio negado
el tipo cierra los
ojos y mira
con ojos de hambre
ajena
y le pone nombres
malditos a una necesidad falsa
que nunca fue más
que un reflejo
en un charco de la
calle
tornasolado de
aceite viejo
el tipo gira sobre
sí
en una regresión
geométrica imposible
espiral de un
callejón anónimo
construyendo su
condena
por demasiadas vidas
cuando abre los ojos
se descubre
en un punto sin
retorno
ni voz
ni cielo
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