hacemos malabares
con copas de cristal
y nos sorprende su
estallido
su violento chau
los cuerpos
frágiles como amor
de verano
continente impropio
del licor
que sólo Dios
escancia
duran de por sí un
suspiro de Luna
y nosotros
bufones de nubes
los arrojamos a
bailar en el aire
sin siquiera monedas
poblando el sombrero
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