Aquel tipo grandote
con manos de martillo
que se adentraban mágicamente en
mecanismos minúsculos
como relojes
computadoras
cerraduras
la imaginación de un hijo
aquellos amigos en playas interminables
fatigando plantas enrojecidas de arena
tras goles discutidos
-sigo sosteniendo que fue de la
chancleta para afuera-
aquellos amores
eternos como mariposas
lejanos como el diario de ayer
aquel gurí
pasmado ante el duende rosado y dulce
que lo miraba con solidario asombro
fraternal
con ojos que te juro eran violetas
aquellos humos
sólidos como el rencor de un preso
siguen habitando mi memoria
tan permanentes
como su ausencia
1 comentario:
hermoso ,
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