la primera vez que vi a zitarrosa
también fue la primera vez que vi llorar a mi viejo
era la primavera del 84, aunque estábamos en pleno
junio
era la primera vez que salía con mi viejo a un recital
salieron las guitarras llevando a sus compañeros
y luego salió dura y negra la silueta de don alfredo
entonces entendí un montón de cosas
entonces sentí que daba mi primer paso de verdad
que ser adulto era eso
no tenía que ver con
el cuarenta y tres setenta que fumaba a escondidas de
mis viejos
ni
afeitarse
ni
comprar con plata propia
ni mucho menos los aún lejanos quilombos
era plantarse ahí, como don alfredo
y cantar con rabia, con tristeza
con una
escondida
alegría de vivir.
era plantarse, del otro lado
y ser mi viejo, curtido, escéptico, mañoso
y soltar una lágrima presa
porque aquel flaco de negro
le traía el pago entre acordes
milagrosamente urbanos.
2 comentarios:
Marcelo:
Deseando que este recuerdo te acompañe siempre.
Un gusto leerte, muchos abrazos.
Gabriela
Gabriela! No sabes qué gusto me da encontrarte! Un abrazo bien grande, poeta.
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