Cántame otra
canción sobre el dulce fracaso,
cántame la
tentación de besar el ocaso.
Cántame otra
canción que invite a dormir
para no despertar y
ahuyentar el dolor,
como si fuera
verdad, como si dejarse ir
alejase el mal.
Canta muy alto,
grítame; no voy a escuchar.
Voy a levantarme una
y otra vez,
esperando el knock
out.
Canta, sirena, tu
canción de avenidas
de un solo sentido.
Siembra silencio tu
son en mi oído.
Sólo dormiré
cuando llegue
ese golpe que espero
y esquivo.
Golpe dulce,
terrible y hermoso;
un golpe liberador,
definitivo.
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