Miguel Hernández
La muerte apunta a los ojos,
-yo no quiero ni nombrarla-
tiene miedo que al mirarla
le pongamos mil cerrojos.
La muerte viste de verde
y nos dispara su enojo,
le responde un brazo rojo
¡el que resiste no pierde!
Nos dará la libertad
unas piedras visionarias,
unas manos libertarias
y el amor a la verdad.
En Chile crecerán ojos
de todos los puños rojos.
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