el mundo es un gran manto
que nos ahoga.
Sucede que a veces
se destapan todas
las ollas podridas
Entre el horror y el cinismo
y los falsos compañeros
sólo queda la verdad
y la esperanza vapuleada
como un torpe sparring
ante la ira del campeón homicida.
Cuando estamos acá,
tocando fondo con los ojos,
y el cielo es una ficción cruel,
sólo queda levantarse
y llenar de sangre
la cara del campeón.
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