Camino hacia la noche como mar,
sin otra convicción que la soledad
en la última estación.
Llegaré al final con el error en los labios
y el horror en los ojos,
pero ahora los párpados sienten el aire dulce
de sueños amables
y el leve peso de un beso me aligera la palabra.
He de trasponer la última puerta
con el error dulcificado por un hasta luego
y el horror en contradanza con la belleza.
He de sumergirme en el mar oscuro
Y perderme en su vientre de madre.
Al principio habré de renacer,
desnudo y otro,
con errores y besos,
olvidando mi camino para volver a pisar el suelo.
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