ocurre durante el ocaso
un breve resplandor,
intenso como la última sonrisa
de quien comprende que la muerte es una puerta
y no le importa si hay otro lado.
en esa luz que llega
como el corazón de dulce
de una confitura,
se revelan versos maravillosos
que atisbo y olvido.
entonces llego a mi hogar
con sombras largas y difusas
y escribo algo sobre el ocaso
y la sonrisa última
que jamás alcanza en luminosidad
a la primera risa
de una niña en la mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario