el lunes inaugura
margaritas en el cielo.
sonríen las baldosas
al humo de mis ojos.
la mañana pide
otra taza de café
y yo tarareo una canción de otro siglo.
sostengo una lapicera
con gesto de fumador
en situación de retiro.
me interrogan unos papeles
y apuro un poema
como quien apoya un vaso en la barra
con dos piedras de hielo
invictas.
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