Los hospitales se hacen con historias
que crecen y duermen en los pasillos
fríos. Hay milagros, llantos, anillos.
Hay grandes derrotas, pequeñas glorias.
Hay familias en vigilias, euforias
breves, dedos que fuman cigarrillos
ansiosos. Los muros son de ladrillos
y miedo. Las puertas son giratorias.
Los hospitales son blancos lugares
que los sabios prefieren evitar,
pero que eligen de ser necesario.
Los hospitales son el escenario
de necios, héroes, gozos, pesares;
son el espejo que odiamos mirar.
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