Mi hermana es mi
sangre en otro cuerpo.
Cada latido suyo
golpea en mi pecho como una ola furiosa.
En cada alegría
suya, un ángel bendice mi alma.
Su compañero es un
hermano que me dio la vida,
para compensar los
que extrañé en la niñez.
Por eso hoy, en esta
prosapoema
no puedo hacer otra
cosa que desangrar tinta,
que sonreír soles,
que brindar con cada
espíritu de aire mar y tierra.
Han traído al mundo
a Isabella,
a la criatura más
hermosa que hayan visto mis ojos,
a la imagen de un
hada hecha canción hecha niña.
Viéndola
mi escepticismo se
vuelve fe,
mi cobardía valor,
mi ira se suaviza
hasta la ternura
esa que siempre se
me escapa.
Por ella me
arrodillo ante los cielos
y por ella
descenderé a los infiernos si es necesario,
para volver también
por ella.
Esto es una
declaración de amor y de guerra.
Cada palabra que
digo está tatuada a fuego en mi corazón.
El que quiera oír,
que oiga.
El que quiera estar
conmigo, ese será llamado amigo.
Sé que no estoy
solo en este amor
en esta guerra.
Porque a mi lado
están
los que siempre han
estado.
1 comentario:
Hermoso poema!Saludos
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