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miércoles, 28 de agosto de 2013

urbi et orbi (tríptico)

urbi

niño mío,
estás atrapado.
te rodean cercos
de libertad

et

la risa y el llanto
bebieron juntos
a medianoche
confundieron sus vestidos

orbi

¿cuál es tu principio?
el de todas tus caras
el de tu sal
el de tu luz

lunes, 26 de agosto de 2013

bursátil

"El era un muchacho plástico de esos que veo por ahi 
Con la peinilla en la mano y cara de yo no fui" 
"Plástico" Ruben Blades.


El tipo de plástico sonríe como si sus dientes tuvieran un valor bursátil.
Hijo de tigre, nació jodiendo y jodiendo ríe,
como una Eulalia transgénica pero sin Darío que le cante.
El tipo no suda: transpira, como una quinceañera de corsé y corbata.
Se ha buscado una barbie al tono, mientras apronta el rostro
-ese que tantas veteranas lustraron por una tarjeta recomendada,
valor agregado para public relations-
para la cámara cínica del pseudoperiodismo berreta.

El tipo es casi inimputable, las puteadas del vulgo le resbalan
como rocas de hielo en el vaso culón del jameson.
Se arrimó a la nueva izquierda como es moda,
pero es sabido que los cangrejos engañan con el amague.
¿Cuánto valor tiene en bolsa la foto con el Pepe?
Antes de esa foto no lo vi,
plastic boy,
en el Filtro de los etarras,
ni en los viejos comités de las bizantinas y fraternas discusiones,
ni en las pegatinas militantes de madrugada y mate con sabor a engrudo;
no,
él,
chico bien,
bebía sus pocitences y felinas noches
y sonreía (todo es práctica)
entre compañeros bien,
cero zurdaje.
Pero hoy es oportuno posar con el Viejo
ya que hasta el Times habla del uruguayan president
y los coreanos dicen Pepe con acento raro.

El tipo sonríe y a veces creo
que la boludez cotiza en bolsa.

lunes, 5 de agosto de 2013

rezos


It's gettin' dark, too dark to see
I feels I'm knockin' on heaven's door
Bob Dylan


En el último escalón
rezaba en las sombras el sacerdote
una plegaria última
una suerte de canción
un adiós a Dios
moviendo así sus labios
así como quietas quedaban sus manos
en esa ceremonia íntima ese punto de contacto
con el todo
con sí mismo
con la nada
ese salto al vacío ese golpear
las puertas de la plenitud
ese fraude esa fe ese movimiento
sin pausa
de sus labios
esa plegaria de último escalón
que agitaba al hombre que vivía
en las sombras del sacerdote.

sábado, 3 de agosto de 2013

Tiempo raro.

Es un tiempo raro.
Anochecidos entre tantas luces,
los muros gritan pero nadie oye
los alaridos graffiteados
sobre cal y bloques de hormigón desarmado.
No.
La gente prefiere ver muros virtuales
luces eléctricas, coloreadas y frías.
Ahí es más fácil
gustar, amar, disentir, insultar;
es casi gratis
(aunque nadie sabe lo que paga).
El otro es luciérnaga que brilla y se va.

Es un tiempo raro,
predicho en ficciones
que dejan a Nostradamus
como adivino de feria.
Pero alarma no la tecnología sino la indiferencia,
el despertarse en un sobresalto mientras la camamundo cae sin remedio ni fe.

Es un tiempo raro,
ya nadie quiere escuchar las historias de los viejos,
porque anunciaban
que vendría

un tiempo raro.

miércoles, 31 de julio de 2013

Escena montevideana 3. Higiene.

El tipo miraba la ciudad, desde el 522. Acababa de pasar por donde antes había un asentamiento, por Bulevar Batlle y Ordóñez a la altura del Arroyo Miguelete. Ahora es un lindo parque, con juegos, asientos, caminería. Se nota que los vecinos respetan el lugar, se mantiene limpio, prolijo. El tipo recuerda que las familias fueron realojadas, y pese a la perseverante leyenda urbana, no ha escuchado nada acerca de un presunto abandono de las nuevas viviendas. Pensaba en eso cuando ve a una señora de cierta edad, apoyada la mano izquierda en un bastón mientras que con la derecha llevaba con una bolsa de basura, acercándose a un contenedor. Al lado del contenedor había dos bolsas y una o dos más destripadas y con su contenido desparramado por la vereda, rodeándolo (alguna mala puntería, juzgó en seguida el tipo, con ironía), dándole un mal aspecto al lugar pero sin impedir el acceso al contenedor. El contenedor estaba oscurecido por sucesivos incendios que quemaron la pintura, pero no se veía rebosante de basura, seguramente la basura que estaba afuera no se debía a falta de recolección sino a la vieja y conocida mala voluntad de algunos vecinos. El tipo pensó pobre, la señora, tener que pasar entre la basura desparramada en la vereda para tirar la bolsa. No, la señora ni se acercó al contenedor. A un metro del mismo tiró la bolsa, no sin cierta elegancia, giró sobre su respetable bastón y se alejó del lugar, lo mismo que el 522. Toda la escena duró apenas unos segundos, mucho menos de lo que se tarda en contarlo. Quizá la amable señora hubiera demorado dos o tres segundos más en llegar hasta el contenedor, levantar la tapa, y tirar la bolsa.

sábado, 27 de julio de 2013

gurises

En el invierno infierno se congelan soles,
no hay donde cobijar esperanza de un tibio mediodía,
el viento se mete como cuchillos en la ropa vieja
y el hambre es ausencia presente en las tripas.

Pero hay quien da y no da del cielo
no da con fotógrafos ni con cientos de fans capturando sonrisas.
Hay quien da lo que no tiene
de pura vergüenza de tener un techo y un plato caliente en la mesa.
Hay quien da porque sí, por que le duele la infamia.

Ese pequeño gran puñado de seres
no dan solo esperanza
dan dignidad, reciben más que un gracias:
reciben también soy un hombre y quiero ayudar.
Esos gurises no salieron en la foto de los diarios
recibiendo medallas por un plato de sopa caliente y un café
aromando amores que no son de telenovela,
que son de humanidad.

Esos gurises me dan vergüenza de mi frazada y mi viejo escepticismo.
Esos gurises me dan confianza en el mundo,
en su lado izquierdo,
allá,
donde bajito,

se escucha latir.

miércoles, 3 de julio de 2013

Pedazos del alma

Dedicado al Chino, amigo de cuatro patas, que ya no está

La muerte me va robando
pedazos del alma que dejo en otros seres.
Quiere convencerme del mal negocio
que resulta invertir en amor.

Mi alma adelgaza y enferma por unos días
de una melancolía gris, un cierto spleen criollo.

Pero queda la memoria,
la vieja y porfiada memoria,
funcionando como una locomotora a vapor,
anacrónica y galáctica,
informática y anarquista.

Ella me sopla el spleen como un niño nueve velas de cumpleaños.
Entonces mando a la muerte a su puto padre

y engordo a mi alma remendada de memoria.