náutica, náufraga,
abriendo el alba de este hoy,
indistinguible de otros,
como un día de la marmota
retórico y retorcido.
Una vez más la incertidumbre,
instalada como la única certeza.
Los buenos días como un deseo ingenuo,
esperanza sin espera,
como el único deseo admitido
sin la sospecha, aún, de perversión.
(Todos los deseos fueron cancelados,
por viejo, por infame, por macho idiota).
Una vez más la comprobación
de que estoy en este mundo
junto a otros náufragos
junto a otras soledades,
junto,
como un cardo que florece
en compañía.
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