Tengo mil deudas sin pagar. Les debo
un canto a los gurises de Noblía,
cien besos a mi esposa cada día,
muchos “te quiero” a mi madre; me atrevo
a decir que nada tienen de nuevo
mis faltas y no pago la alegría
de mi perro cuando llego. Diría
que no doy a la vida lo que llevo.
Tengo mil deudas sin pagar. Me miro
el ombligo muchas veces y sólo
escribo de este lado de mi piel.
Pero, también el aire que respiro,
respiran otros. Yo apenas controlo
garabatos que dejo en el papel.
1 comentario:
Muy bueno, como siempre. Abrazo
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