La verdad es una perla
dormida
que yace bajo un
océano de sangre y mentiras.
Los periodistas elaboran
relatos
A la medida de sus
patrones.
En un día elevan a
dioses a miserables mercaderes
Y al otro muere la memoria
Como una baja
aceptable en la guerra
-toda guerra es sucia-
La verdad es una mosca
aplastada
agonizando al costado
de una mancha de vino.
A nadie le importa la
puta verdad.
La gente,
-esa entelequia
insoportable,
ese conjunto informe
que nos incluye-
entre selfies y otras
naderías
ejerce la sana
indignación.
Sólo nos importa
dormir tranquilos,
sólo nos importa
sentirnos dueños
por un ratito
de la puta verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario