Me hundo en el perfume
de fotos viejas en una pantalla
ceros y unos dictando imágenes
que traen rostros de otras vidas.
Un dulce dolor me besa
como una bala buscando
una roca seca corazón.
Un suave silbo suena
y los ojos brillan de súbita
triste alegría.
Ceci n’est pas un poème
y sin embargo
hay imágenes flotando
en mares binarios.
Esperan como sueños en la noche
encontrarse con mis ojos
para traerme una bala beso,
un húmedo beso para un corazón
seco y rojo.
Esto no es un poema,
acaso un eco,
una luz titilante de un poema ya
apagado.
Escribo el eco de una lluvia
que moja mi palabra
cada vez que intento
pronunciarla.
Escribo mi terca incapacidad de
decir amor
por los rostros que me traen
viejas fotos.
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