como un clavo en la sien,
como una palabra taladro ladrando
en mis párpados sordos,
en mi rodilla izquierda,
en la cuarta lumbar que deja de gemir
cuando decido levantarme.
Otra vez esa palabra burda
que arde sin besar,
como libros de poesía
en la hoguera del Reich.
Omnia vincit Insomnio
y de nada valen ejércitos ni calmantes.
Omnia vincit Insomnio
Debería haber escrito Dante
en la puerta del Infierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario