Le dicen corazón
a esa bomba de vertiginosas furias
una encrucijada de sangre sucia y
cielos
de plafond bajo
ese músculo también llamado miedo
preferido por poetas y carniceros de la
cultura
sólo trabaja solo
desconociendo metáforas y razones
y retruécanos publicitarios que no
alimentan
que no dan oxígeno vital
ese corazón que ignora su nombre
y su pericardio en llamas
sólo se siente menos solo
cuando descubre en tu pecho
un latir acompasado
y solidario.
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