Escribir es describir
un lugar que el otro ya conoce.
Escribir
es llorar sobre el río.
Sólo puedo contar de mi dolor
lo que el amor
ya te ha contado.
Hoy usaré mi civilizada sonrisa,
tragaré mis juramentos y mis
plegarias,
se verá sólo un coreuta más
fatigando aceras,
sumando su susurro insignificante
a la canción ciudadana.
Nada te puedo contar
de lo que nada entiendo,
nada puedo pintar
del abismo interno
que me gobierna.
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