“El
vagabundo nunca oyó a su pájaro,
y lo veía cantar tras los cristales” S. Rodríguez, “El Vagabundo”
y lo veía cantar tras los cristales” S. Rodríguez, “El Vagabundo”
No hay nada absoluto
salvo la soledad de Dios
nada sino el silencio de los pájaros
en el espacio sideral
Todo es relativo a nuestro dedo mayor
extendido
y el ser que se pierde a dos
centímetros de su alcance
Todo es relativo a nuestra sed
y la botella como una condena de cielo
infernal
No hay nada absoluto
salvo la única certeza
nada sino el oxígeno que nos pide
nuestro cuerpo
Nada
todo
nunca
siempre
palabras demasiado grandes
para la torpe métrica de este poema
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