en el silencio de mi voz
descubro cumbres ajenas
y solitarias llanuras que me forman
ya nada me queda sino la espera
que carga la obra en su costado
ya nada sino yo mismo
mi propia persona como una sombra difusa
arrinconada en mis zapatos
ese ser inaprensible que aprendí tibiamente a ignorar
ese que no conozco y vos tampoco
he vertido mi vida
ese pedazo de tiempo que me cayó sorteado
en las torpes borracheras de la mentira
construí siguiendo los manuales
un laberinto de voluntad prestada
donde pudiera esconderme con eficacia
de los juicios de la sombra
dejé simplemente pasar
mujeres de fino corte
hadas carnales que me han dado
recreos inesperados en mi media humanidad
olvidé la sangre
que bulle con dolor en otros cuerpos
mi propia sangre
que a mi lado agita
ahora que lo veo claramente
sé que me esperan
unas incómodas mariposas pardas
giran su vuelo
reclamando
lo que les pertenece.
2 comentarios:
publicado el 18 de octubre de 2004 en revista letralia, http://www.letralia.com/116/letras03.htm
Escrito mucho antes.
los espejos nos miran...ya lo dice galeano
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