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sábado, 15 de junio de 2013

Mi Viejo

mi viejo me vio hacer cosas
antes de hacerlas
tenía eso
jamás se le escapaba una palabra de orgullo
apenas de cariño
pero se caminaba media tristán
para conseguir el artefacto que uno
ni siquiera había pedido
pero necesitaba para arrancar
la nave que lleva a los sueños
mi viejo tenía sus cosas
cosas que me descubro haciendo
a mi pesar
o intentando sin pensar
y al escribir intuyo
un próximo peladito
que en algunas décadas dirá
mi viejo

tenía eso.

sábado, 8 de junio de 2013

Escena montevideana 2. Tolerancia.

El ómnibus de CUTCSA detuvo su marcha frente a la parada, por Mercedes y Río Negro. Subieron los pasajeros, el conductor cerró la puerta, pero quedó detenido, ya que el semáforo no lo habilitaba a cruzar. De repente se siente un golpe, fuerte, sobre la chapa del ómnibus. El conductor abre la puerta, mira hacia la parada, sobre la que todavía quedaba mucha gente -esperando otros ómnibus, otros caminos- y al notar a un adolescente empieza a gritarle "vos, sí, fuiste vos, ¿para qué me golpeás el ómnibus?" a lo que el muchacho, que lo miraba sin entender se defendía diciendo sólo que él no había sido. Hasta que un hombre, que también estaba en la parada, increpa al conductor diciendo "¿para qué le gritás al botija? Él no fue." El conductor contesta "entonces decime quién fue" -demostrando en ese reclamo que en realidad acusó al muchacho porque sí, sólo por ser adolescente y portador de cara (tener cara de sospechoso, para los no entendidos en montevideano básico). El hombre se niega a batir (denunciar al verdadero culpable, ídem anterior). Luego de un amable intercambio de insultos, el conductor finalmente retoma su camino. Varias señoras de edad avanzada (de avanzadas sólo la edad) durante el viaje dan manija (justifican el prejuicio, ídem ídem) al conductor, con apreciaciones tales como "sí, yo lo vi venir, pero no sé si era él, es el problema de la juventud, la violencia..." El único que no emitió un insulto, ni provocó, ni se movió siquiera de la parada, fue el joven, acusado por algo que hizo otro.

viernes, 7 de junio de 2013

Escena montevideana. 1. Educación

En la vereda, esperando el ómnibus, una familia. Acaban de salir de McDonalds, los padres dicen algo al más chico, mientras la nena más grande, de unos ocho años, tira al suelo una caja de hamburguesa y la pisa. Los padres apenas miran al piso. A nadie se lo ocurre opinar ni decir no.  

lunes, 27 de mayo de 2013

Plagiario.

¿Quién es Álvaro Escobar? Un plagiario. Nada más y nada menos. Un pastorcito mentiroso, alguien a quien ya no se le pueden creer ni los buenos días.
Escribió varias cosas en un foro mínimo, Bibliotecas Virtuales, y aquí están los resultados.
Comparen esto:
http://www.letralia.com/116/letras03.htm
con esto:
http://portal.bibliotecasvirtuales.com/foros/la-muerte-de-teceo#comment-199526

O esto
http://www.voltairenet.org/article133620.html
con esto
http://portal.bibliotecasvirtuales.com/foros/cada-ves-menos-fanaticos-del-islam

Y se puede seguir, porque el tipo es un maestro del copy/paste. La joda es que se olvida de las comillas y le gusta firmar lo ajeno con su nombre. Pero bueno...
En definitiva, este tipo, un uruguayo (me apena admitirlo, pero hay muchos así en mi país), nacido en Nuevo Berlín y que supuestamente vive en Montevideo, es un pseudo poeta que ha sido promovido en alguna ocasión por el Ministerio de Educación y Cultura, es un tipo mínimo. Pero hay que conocerlos, siempre hay que conocer a las alimañas, por pequeñas que sean.

Plagio


El poema también es artefacto.
La máquina de amar de siete alas
pide trabajo a pesar de las malas
mentiras de los poetas. Un pacto

se requiere si respetamos el acto
de crear. Nos perforan como balas
palabras que no son nuestras. Alas
robadas para dar el salto exacto.

No podemos firmar lo que otro hizo
sin saber que robamos su trabajo.
Cierta historia de penas y naufragio

fue burlada por un tipo enfermizo
de poeta, uno que cayó muy bajo.
Don Álvaro Escobar: lo suyo es plagio.

viernes, 24 de mayo de 2013

Sobre lenguaje inclusivo...

El lenguaje inclusivo, como intento de democratizar el lenguaje, tiene muchísimas falencias. En primer lugar ignora la historia (las palabras tienen su historia, no nacen por generación espontánea); en segundo lugar es incoherente, en el sentido que no respeta los paradigmas (lo que va atado al primer punto, los paradigmas se construyen por analogía a lo largo de la historia), por ejemplo exigir que se diga "la presidenta" en lugar de "la presidente" y no ser consecuentes con el paradigma y decir "la afrodescendiente" y no "la afrodescendienta"; en tercer lugar supone que un cambio de lenguaje automáticamente cambia la actitud del hablante, como si la nueva palabra (nativo americano en lugar de indio, por ejemplo), más allá de su corrección política no termine cargando con la misma connotación negativa de parte de los que usaban la antigua de forma despectiva: la idiotez no se elimina por decreto. Hay mucho para hablar del tema... pero son las tres de la mañana. ¿O debo decir mañano? No sé...

viernes, 17 de mayo de 2013

nada


Nada para dar.
Estas manos están secas,
huecas,
chuecas.
No pueden moldear el aire,
siquiera levantarse
para rendirse, 
para redimirse
para reírse. 
Estas manos no pueden escribir.
Apenas hacer un gesto mecánico,
pendular;
algo así como un adiós
mentiroso.