esperar mi turno,
putear bajito, reprimir
la publicación de la ira
-no sea cosa
que me lea el patrón-
No quiero dejar
para mañana el abrazo
que tanto postergo.
Mañana puedo estar muerto
y con los brazos vacíos.
No quiero dejar
el verso a medio terminar.
Tengo el odio y el amor
atravesados como cadenas
que no dejan latir
mi cansado corazón.
No quiero ser civilizado
en esta jaula insensible
que llamamos
civilización.
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