Transito sin paz por pasillo improbable,
rodeado de puertas cerradas.
No asoman ventanas amables,
no hay quien responda llamadas.
Dejo en madera la piel de mis puños,
rojas señales de mudos nudillos.
Muerdo mis gritos, rasguño
monedas ansiosas en mis bolsillos,
Monedas que duermen sin pagar
al barquero silente del fin del pasillo.
Hay un pájaro que quiere cantar
un gorjeo de amor, final y sencillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario