Hay que resistir.
Aunque vengan
degollando a realidades.
Aunque contaminen
las ideas
y las almas pesen
como alas empetroladas.
Hay que resistir.
Levantarse y portar
la sonrisa
como una bandera y
no
como una máscara.
Hay que resistir
como cadena,
brazo a brazo,
unánimes;
es decir,
que el dolor de cada
uno
sea de todos,
que cada alegría se
festeje.
Hay que resistir y
renacer
en lo poco que nos
deje la basura.
Renacer y ser
belleza
como la flor de
loto, sobre la nada.
Hay que resistir
para vivir
y ser alas limpias
cruzando el cielo.
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