Hay números
que gritan silencios.
Cuarenta
y
tres
silencios no paran de sonar,
como alarmas
que joden la siesta democrática.
Cuarenta
y
tres
aullidos insepultos,
rajan América la pobre.
(El norte duerme
a prueba de muertos).
Ayotzinapa duele
cuarenta
y
tres
puñales en el pecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario